Cultivo de cannabis medicinal, una industria en crecimiento

En Colombia entró en vigencia la Ley 1787 en julio de 2016, ley que tiene como propósito el uso médico y científico de la marihuana y sus derivados, abriendo la puerta para que enfermedades como la esclerosis múltiple, la epilepsia y efectos secundarios provocados por tratamientos para el cáncer como las quimioterapias, fueran tratadas con medicamentos alternativos fabricados a base de cannabis.

La apuesta por el negocio del cannabis es tan ambiciosa que en conjunto con el uso recreativo, se calcula un negocio mundial que puede alcanzar los 50.000 millones de euros para 2025. 

Cultivo de cannabis medicinal, una industria prometedora y en crecimiento 

La posición en zona tropical del país, su suelo y clima, (que tiene 12 horas de luz solar todo el año), los costos de producción y la mano de obra calificada poco a poco impulsan el desarrollo de un sector en el que Colombia podría ser referente mundial.

De hecho, el crecimiento ha sido tal que, según cifras del Dane, Estados Unidos, Reino Unido, Australia, Israel, Alemania y Suiza fueron los países que más compraron cannabis medicinal a Colombia entre enero y noviembre del 2020, periodo en el que las las exportaciones pasaron de US$275.000 en 2019 a US$4,7 millones, con un crecimiento superior al 1.600%.

Además, el marco regulatorio del cannabis medicinal en Colombia es considerado uno de los más completos en el mundo, pues incluye medidas que van desde la semilla, el cultivo, la transformación y la exportación, hasta la generación de valor agregado y el acceso seguro para los pacientes.

Reglamentación en Colombia

Desde el 11 de agosto de 2017, el Gobierno Nacional finalizó el proceso de reglamentación para la fabricación, uso de semillas y cultivo de cannabis para fines medicinales y científicos.  El  Ministerio de Salud y Protección Social es el encargado de la expedición de licencias de fabricación de derivados de cannabis. 

El Decreto 811 de 2021 amplió el uso del cannabis en diferentes industrias además de la medicina y la farmacéutica, como la fabricación de fibras, alimentos, suplementos dietarios, biocombustibles y bebidas, que se pueden producir en el país.

La resolución 227 del 2022, dispuso las condiciones correspondientes a las licencias, cupos y uso de los componentes de la planta de cannabis y sus derivados en productos industriales y para el consumo humano, así como la posibilidad de realizar publicidad a los diferentes productos del cannabis.

También, la resolución 539 que reglamenta el Decreto 811 del 2021, dio apertura a la inclusión de productos agroindustriales como el cultivo de cannabis bajo el régimen de zonas francas y estableció las condiciones necesarias de operaciones de comercio exterior de semillas para siembra, grano, componente vegetal, planta de cannabis, cannabis y productos derivados. 

Oportunidades para otras industrias 

La industria del cannabis medicinal, reconocida en el mundo por su aporte al sector de la salud y por proveer desarrollo local, puede generar crecimiento también para otros sectores como la cosmética; productos de belleza y para el cuidado personal y de la piel, así como los tópicos y nutracéuticos, que sin duda seguirán ganando terreno.   

Además, diferentes eslabones de la cadena productiva trabajan en sus propias iniciativas, como empresas de nanotecnología, logística y de empaques, esta última muy importante teniendo en cuenta que los cannabinoides requieren de un tratamiento especial para conservar sus propiedades.

De hecho con el cáñamo, que es la fibra que se obtiene de la planta de cannabis, se pueden obtener además de empaques, biocombustibles, materias primas para la construcción y sustitutos del plástico; entre otros.

Aunque aún hay otras industrias por explorar, lo que hoy ya es una realidad, es que el cultivo de cannabis es una industria sostenible con un crecimiento acelerado, que promete innovación y desarrollo económico. 🍃

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