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Para el proceso logístico de la exportación de café, lo ideal es con sacos de fibra natural

sacos de fibra natural

Muchos reconocen la imagen del hombre campesino que aparece parado al lado de su mula, la cual carga dos sacos de fique con café a lado y lado, mostrando una identidad nacional que le ha dado la vuelta al mundo.

Esa imagen de transporte de café de antaño es hoy nutrida por procesos logísticos estructurados que le permiten a este grano destacarse en el exterior y llegar a las mesas de los amantes de este peculiar sabor.

Y esto es porque en el corazón de la industria cafetera, hay un tema que es clave y es la eficiencia logística, que desempeña un papel crucial en la preservación de la calidad del café desde la plantación hasta llegar a la taza. En este contexto, los sacos de fique son el contenedor ideal, que no solo respeta la tradición, sino que también mejora significativamente la logística de la industria cafetera.

Esta fibra, no solo conserva las características esenciales del grano como su aroma, su sabor o su humedad durante el recorrido internacional, sino que deja que el café respire y no se contamine, contribuyendo a mayores rentabilidades para la cadena productiva, debido a que no se dan grandes pérdidas de producto durante su distribución.

“Cuando se programa un despacho por parte de un cliente en el exterior, por ejemplo, si la logística no tiene claro cuál es el empaque y cuándo debe llegar el producto, se podría incurrir en altos sobre costos y pérdidas. Entonces, yo siempre he dicho, el saco más caro es el que no llega a su destino”, comenta Juan Carlos Gómez Giraldo, encargado del área comercial de Grupo Excala.

Llegar en condiciones óptimas

Y es que el fique, al ser una fibra natural que está viva, al igual que el café necesita, en su proceso de exportación, transportarse con todas las condiciones óptimas para que no cambie su aroma durante el viaje. Para esto se requiere de una capacidad instalada que permita programar el envío de los sacos de café de forma minuciosa para que este no pierda calidad.

“En grupo Excala tenemos capacidad instalada, la velocidad de respuesta que se requiere, la calidad y cantidad que los clientes del exterior piden, por ejemplo, podemos entregar microlotes o cantidades grandes”, explica Juan Carlos.

El conocimiento de los procesos aduaneros es esencial a la hora de transportar café y eso hace que justamente se opte por hacerlo en sacos de fique. Pues en este contenedor, que tiene memoria, la forma de transporte se facilita mucho en términos de empaque y embalaje.

“El fique resiste las diversas revisiones aduaneras, este es ´chuzado´ para poder ver qué hay dentro, pero con el mismo elemento con el que sacan la muestra, vuelven y cierran el tejido, y este no se rompe, evitando que se pierda producto” cuenta Juan Carlos.

Una ventaja grande que tiene el fique es que permite que el café respire, cualidad esencial para mantener la frescura del grano, evitando la acumulación de humedad y, en consecuencia, preservando las cualidades sensoriales del café y evitando que se contamine o degrade la calidad, debido a condiciones adversas de almacenamiento.

Otro asunto para destacar es que los sacos de fique son conocidos por su resistencia y durabilidad, lo que los convierte en una elección confiable para el transporte de granos de café. La fortaleza natural de las fibras protege el café contra posibles daños durante el manejo y el transporte, asegurando que llegue a su destino final en condiciones óptimas.

Además, se arruma perfecto en el vehículo que lo transporta, sea cual sea la estructura. Eso sin contar con que es biodegradable, lo que contribuye a la gestión sostenible de los desechos y refleja un compromiso con prácticas respetuosas con el medio ambiente a lo largo de toda la cadena de suministro.

“Su capacidad para resistir condiciones adversas durante el transporte asegura la llegada a tiempo de los productos, evitando costosos contratiempos”, refiere el líder del tema, quien agrega que, aunque puede haber opciones más económicas, la inversión en fique se traduce en la preservación de la calidad y la imagen de los productos colombianos en el mercado global, y aporta a la identidad nacional, al rendir homenaje a las raíces culturales de la nación.

Y sí, estos sacos no solo embalan granos de café, sino que también encapsulan una narrativa de tradición, resistencia y respeto por el medio ambiente que resuena en cada taza.

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