Las aves son una parte importante del ecosistema, pero también pueden causar daños a los cultivos al comerse los frutos, brotes y semillas, reduciendo así la producción y calidad de los cultivos.
Por esta razón, las mallas antipájaros son una solución eficaz para proteger los cultivos de los depredadores. Están hechas de un material resistente (polipropileno) y tienen una estructura que impide el paso de las aves, pero no el del aire, la luz solar, ni el de otros polinizadores como las abejas.
Las mallas antipájaros están disponibles en una variedad de tamaños y densidades, por lo que se adaptan a las necesidades específicas de cada cultivo. Las más densas ofrecen una mayor protección contra los pájaros, pero también pueden reducir la cantidad de luz solar que llega a las plantas.