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Para la geología, los taludes son cúmulos de trozos de roca que se forman en la cuenca de un valle o en la base de un acantilado; estos generalmente se caracterizan por ser susceptibles a súbitos movimientos en masa debido por ejemplo a la erosión eólica e hídrica, que pueden producir deslizamientos y sedimentos de fracciones de suelo, así como deterioro progresivo del mismo, lo que puede derivar en problemas de tipo ambiental, económico y social.
Precisamente, los mantos para el control de erosión de taludes son una de las soluciones más implementadas en obras civiles y de ingeniería para prevenir y mitigar estos problemas.
Una de las principales causas del desgaste del suelo es la erosión acelerada, la cual muchas veces es causada por la acción humana al hacer un uso inadecuado del mismo, esto constituye una de las mayores causas de la degradación de la tierra.
La importancia de disponer de un mecanismo de control de erosión de taludes es justamente evitar riesgos y permitir la conservación de las obras civiles, las cuales pueden tener diferentes impactos en su ejecución, que van desde la inestabilidad producida por la pérdida de las características fisicoquímicas del suelo, alteración de la cobertura vegetal y contaminación de fuentes hídricas por vertimientos, hasta la incidencia en la infraestructura vial y de servicios públicos, entre otros.
Los mantos no tejidos fabricados en fibras sintéticas (mantos permanentes), así como los fabricados en fibras naturales como fique y coco (mantos temporales), son diseñados para el control de erosión de suelos expuestos a los efectos del agua, del viento y de la gravedad.
Para elegir el manto adecuado según el talud, es muy importante tener en cuenta factores como la intensidad, duración y frecuencia de la lluvia, así como la geometría, exposición, tipo de suelo y tipo de cobertura vegetal del talud.
Los mantos de control de erosión permanentes son un tipo de manto fabricado con materiales perdurables como el polipropileno para reforzar la vegetación y evitar la erosión del suelo en el largo plazo.
Al ser hechos con materiales no tejidos, permiten al material vegetal crecer entre el manto, mejoran la germinación de semillas del crecimiento vegetal, y debido a su flexibilidad, permiten mayor contacto con el suelo.
Así mismo, los mantos de control de erosión temporales, los cuales se fabrican con fibras naturales biodegradables, son utilizados para reforzar la vegetación y evitar la erosión del suelo durante un tiempo determinado, pues con el tiempo estos se integran al suelo.
Este tipo de mantos tienen la capacidad de minimizar la energía de la gota lluvia y la incidencia de la radiación, reducir la velocidad del agua, evitando el arrastre de sedimentos, contrarrestar el resecamiento del suelo al retener humedad del rocío, de riego y de lluvia, neutralizar la acción del viento, aportar a la rápida revegetalización, protegen la semilla de las aves y, al ser biodegradables, mejorar la textura y aportar nutrientes a la tierra; ventajas que conviene tener en cuenta al momento de elegir el manto adecuado para el control de erosión de taludes en obras civiles y de ingeniería.
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